domingo, 3 de agosto de 2014

DÍA 10: JESÚS REDENTOR Y EL AGUSTINO

De nuevo, domingo día del Señor, ya estamos a 3 de agosto. Nuestra andadura llega al tercio de su total. Empezamos el día prontito, a las 6 am sonaba el despertador para participar en la Eucaristía de la Parroquia "Jesús Redentor", dirigida por sacerdotes diocesanos. En la homilía el Padre nos recordaba la invitación de Cristo a acudir a él, a buscar en él lo que da sentido a la vida, a ser previsores (ahorrar), a cuidarnos para cuidar a los demás; de la segunda lectura, nos anticipaba que no habrá nada que pueda alejarnos de Cristo, si bien, habrá momentos en los que nos costará más seguirle, nuestra procesión interior será difícil de soportar; pero el Señor estará ahí para echarnos una mano, igual que hizo con aquellos que le buscaban tras la muerte de su primo-hermano, Juan, el Bautista. Jesús se retira, busca la soledad tras enterarse de ello; pero apenas le dan tiempo para guardar luto, y él se solidariza con su falta de cariño y atención y los cura, les regala tiempo y les da de comer; no los despide, como querían hacer los discípulos o como hacemos nosotros frecuentemente, convencidos de que no podemos hacer nada más, cuando en realidad Jesús nos mostró que sí se podía cambiar el mundo poco a poco. Allí, al terminar la Eucaristía, hemos conocido a Meche, una hermana española que lleva más de 33 años en Perú al servicio de los más necesitados, concretamente dirigiendo la Pastoral de la Esperanza, que en España es más conocida como la Pastoral Penitenciaria. Se encarga de la atención pastoral en las cárceles del Callao, tanto de menores como de adultos. Esta demarcación corresponde a la diócesis del Callao, cuyo obispo es español, José Luis Palacio. Además las hermanas cuentan con una casa de acogida para internos que salen en libertad. Si Dios quiere, el próximo sábado la visitaremos. El resto de la mañana la hemos dedicado a viajar al Agustino, uno de los barrios con mayor riesgo de exclusión y pobreza de Lima. Allí tres sacerdotes jesuitas, dos españoles (Santiago y Chiqui) y un norteamericano, se encargan de las seis capillas del lugar. Hoy la Capilla de San Cayetano celebraba una kermesse, o bingo parroquial, para recaudar dinero que los permita sostener los proyectos sociales que realizan: terapia para jóvenes en riesgo de exclusión, apoyo escolar, etc. Nos comentaba el Padre Santiago que obtendrían unos 5.000 soles hoy, unos 1.400 euros en total; lo cual permitiría continuar con su actividad social durante todo este año. Un breve paseo por allá ha servido para constatar que se trata de una de las zonas más humildes y deprimidas que hemos visitado en el interior de Lima. Sin embargo, sus gentes nos han recibido como todos acá, con los brazos abiertos. La experiencia ha merecido la pena desde todos los ámbitos, no sólo el religioso, pues culturalmente hemos aprendido diversos bailes típicos: saya, baile típico de Puno; y el huayno, baile típico de la Sierra; entre otros. En la capilla San Cayetano hemos pasado la mañana y la tarde hasta las 19 horas que hemos vuelto a casa a preparar las maletas, hacer la colada, programar la visita de mañana y nuestro viaje a Cuzco por la tarde... Mañana esperamos poder contaros cómo es Cuzco. Un fuerte abrazo de paz y bien. José Ernesto, Ruth, Enrique y Álvaro.

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