viernes, 8 de agosto de 2014

DÍA 13: EL VALLE SAGRADO

El miércoles 6 de agosto amanecíamos temprano para adentrarnos en el Valle Sagrado. La historia de Cuzco es la mayor atracción turística de Perú, pero tiene mucho más que ofrecer. Hemos podido comprobar cómo esta región, en el límite oriental de los Andes, donde se puede descender desde espectaculares alturas nevadas hasta el sofocante calor de la jungla amazónica a velocidad de vértigo, brinda una interesante oferta cultural, y no sólo por Machu Picchu. Comenzamos... El Valle Sagrado, con el río Urubamba, está aproximadamente a 15 km al norte de Cuzco. A lo largo de nuestra visita, camino de Aguas Calientes, donde haríamos noche antes de subir a Machu Picchu, pudimos ver las ciudadelas de Pisac y Ollantataytambo. En el Valle abundan otras ruinas incas, así como bulliciosos mercados, aldeas andinas preciosas y proyectos de recuperación de la cultura inca y andina, como el que visitamos: www.awanakancha.com Allí pudimos ver las distintas variedades de camélidos: llama, vicuña, alpaca, wanaco, etc. Más adelante nos encontramos Pisac, lo más impresionante son sus bancales, que invaden la montaña con sus curvas, sin apenas escalones. Desde allí nos fuimos a comer a Urubamba, donde comimos con nuestros compañeros peruanos de viaje. Ha sido una experiencia muy bonita poner en común lo hecho en estos días en Perú. Desde ahí nos desplazamos a Ollantaytambo, el mejor ejemplo de planificación urbana Inca que se conserva, con sus estrechas calles adoquinadas. Esta aldea está dominada por dos ruinas incas. Se trata de un sitio encantador, perfecto para deambular por sus laberínticos pasajes, canales de riego y edificios de piedra. Allí nos propusimos subir a una de las ruinas fortalezas. Lugar donde los españoles perdieron una importante batalla. Fue a esta fortaleza donde se retiró el Inca Manco tras su derrota en Sacsayhuamán. En 1536 Hernando Pizarro condujo hasta aquí una tropa de 70 soldados de caballería, reforzada con un grupo de indígenas y soldados españoles de infantería, con el objetivo de apresar a Inca Manco. Los hombres de Pizarro recibieron una lluvia de flechas, lanzas y rocas desde lo alto de los bancales y no pudieron trepar hasta la fortaleza. Pizarro ordenó una rápida retirada. Sin embargo, la victoria fue breve. Las tropas españolas volvieron cuadruplicadas y Manco huyó a su fortaleza de Vilcabamba, oculta en la jungla. Este hecho será de vital importancia para el descubrimiento de Machu Picchu por Hiram Bingham. Tras agotar nuestro poco tiempo en Ollantataytambo, tomamos un tren para Aguas Calientes, y después de dos horas aproximadamente llegamos. A este pueblo se le conoce como Machu Picchu Pueblo. El pueblo descansa en un profundo cañón bajo las ruinas, cercado por altos muros de piedra y bosque nuboso. Es espectacular por la ubicación, aunque es un lugar turístico donde los haya. Precios caros y un mar de vendedores a la caza de turistas. Aquí pasamos la noche para intentar contemplar la salida del sol en Machu Picchu. Despertador a las 4 am. ¡Hasta mañana!

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