lunes, 25 de agosto de 2014

DÍA 30: EQUIPAJE Y REFLEXIÓN

Va acabando nuestro tiempo en Perú. En unos días de viaje estaremos de vuelta en España, entre nuestras Murallas abulenses... Hoy tomamos el peke-peke a las 8.30 hacia Chiriaco. De allí, en taxi a Jaén, donde tomamos un ómnibus a Lima. Llegaremos a la capital sobre las 12 de la mañana del Domingo 24. Allí comeremos con las Siervas de San José, y por la noche, iremos al aeropuerto pues nuestro vuelo sale a la 1 am del lunes 25. Ocho horas más tarde, llegaremos a Atlanta. Otras ocho horas de espera que aprovecharemos para realizar evaluación de esta experiencia, antes de tomar un segundo avión para España, a donde llegaríamos el martes 26 sobre las 9 de la mañana... Lo que no acaba es la experiencia misionera. Esta experiencia nunca va a acabar. Es algo que ya forma de parte de ti, de tu vida y no sólo en forma de pasado sino que es presente y futuro. Sin el cansancio de los viajes, sin esos niños ávidos de aprender lo que queríamos enseñarles, sin la preocupación e ilusión por hacer un buen trabajo, por ayudar a dibujar sonrisas en esos niños, toca hacer el equipaje. Toca volver. Nuestra vida allí nos espera. Pocas cosas habrán cambiado, o sí. El mundo no se ha detenido y es esa realidad la que te espera. Pero tú ya no eres el mismo, seguro que tu corazón se ha transformado. Dios así lo ha querido, ha sido Él el que te ha llevado hasta aquí, es Él el que te quiere de vuelta a tus obligaciones y a tu día a día, Él desea que sigas con tu vida pero de otra manera, porque confía en que te ha regalado una experiencia profunda, de encuentro con el pobre, de encuentro en la amistad, de encuentro con el servicio, de encuentro contigo mismo, de Encuentro con Dios. Ya no vas a reunirte a diario con estos compañeros, desayunar, reír, rezar... Ahora eres tú el que debes propiciar ese Encuentro en la jungla de tu vida. "Busca el silencio, ten alerta el corazón, calla y contempla", dice la canción... Finaliza este periplo pero no tu vida espiritual, tu vida de Fe. Ahora empieza tu servicio desinteresado a los demás, ahora te esperan tus estudios, trabajos y o obligaciones. Esto no ha sido una burbuja, esto ha sido de verdad pero conciénciate de que esto no habrá servido para nada si no devolvemos en nuestra cotidianidad todo el bien recibido este verano. Es tiempo para traer a la memoria todo lo vivido, lo sentido, lo rezado, lo experimentado... Es tiempo de hacer un equipaje agradecido, lleno de anécdotas, de sonrisas y seguro de momentos duros y difíciles. Es tiempo de meter en tu mochila todo lo que has sido y quieres llevarte a Ávila, a tu Colegio Diocesano, a tu casa, a tus padres, a tu familia, a tus amigos, a tus enemigos, a tu voluntariado, a tu parroquia, a tu vida... Jesús nos pidió: "Id por el mundo anunciando la Buena Noticia a toda la creación". Y tú, ¿estás preparado? Un abrazo peruano

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